Habla las cosas claras, sin mala intención ni ganas de ofender ni hacer daño. Habla sin más pretensión que trasladar al otro lo que sientes o piensas. Te ayudará a aclarar situaciones hablando de forma sincera y permitirá que no se enraíce dentro y seguir alimentando al bichito del estómago. No critiques y di las cosas a quien tienes en frente, tal como son. No te olvides que no hay que ser cruel.
Y además, aprende a aceptar las críticas y encuentra la verdad que hay en ellas. En cada crítica habrá cosas que te gusten y otras que no, pero debes recapacitar sobre ellas y especialmente tratar de corregir aquello que creas que no te define. A veces nos olvidamos de quienes somos y quizás hayas empezado a comportarte como no quisieras y es bueno que alguien te haga ver la realidad.
Cada crítica es un bloque que te servirá para construirte a ti mismo.
Fuente: www.elpaisdelosjuguetes.es